Un lugar especial en la historia de mi familia. Donde mi padre vivió con los cuidados necesarios para su salud en esta etapa de su vida.

Pude ver el afecto, el cuidado y la conexión entre los cuidadores y el equipo. Eso me tranquilizó.

Cuando pasábamos juntos los fines de semana en mi casa, mi padre me decía: "Hijo, llévame a casa".

La Pousada Vovô Emílio es como la casa de los abuelos. Todo está organizado con mucho cariño, calidez y cuidado, tanto para sus huéspedes como para sus familias. Durante el tiempo que mi padre vivió en la Pousada, de 2018 a 2023, cada vez que estuve allí (y fueron muchas, casi a diario), siempre me sentí como en casa. El personal, los otros residentes, Patrícia, Wagner e Isabela hacen que el ambiente sea muy acogedor y familiar. Durante esos años, mi padre recibió los cuidados y la atención que necesitaba, hizo buenos amigos y, como familia, pudimos estrechar aún más nuestros lazos. Estoy muy agradecida por todo lo que hemos podido vivir juntos.

Mi abuela siempre fue muy activa y la alegría de nuestra familia a sus 90 años. Tras una caída, nos resultó difícil mantener la calidad de vida que se merecía, debido a la falta de conocimientos técnicos, y fue entonces cuando conocimos el Hotel Emílio Takamori, que nos proporcionó todo el apoyo, el cariño y los cuidados que deseábamos.